Tanto en un caso como
en el otro, será como en el de los separatistas de Quebec: si el resultado del
referéndum no es el que ellos persiguen, no se darán por vencidos, y
considerarán que la cosa todavía no estaba madura y que habrá que volver a
intentarlo. Eso sí, si por fin alguna vez consiguen el resultado electoral
perseguido, éste será considerado por ellos como definitivo y no sujeto a ulterior
posible rectificación. Y si a alguno se le ocurriera sugerir una eventual
reincorporación a España, sería tildado de traidor a la patria… cuando menos.
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