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domingo, 14 de diciembre de 2025

No en mi nombre

Los que me leen y los que me conocen saben que, desde hace mucho -no diré desde siempre, porque no estoy seguro- soy monárquico. No gracias a Juan Carlos I, sino más bien a pesar de.

Creo sinceramente que en lo político (y, que se sepa, también en lo personal), Su Majestad el Rey don Felipe VI, a quien Dios guarde muchos años, lo está haciendo mejor que su padre, don Juan Carlos I (eso del Emérito es una sandez y una cursilada… y lo dice uno que es aficionado a las perífrasis).

Por eso he lamentado profundamente que el Jefe del Estado, junto con su homólogo alemán, honraran a las víctimas de los bombardeos de Guernica. Y las cursivas las pongo porque, ni fueron tantas como dicen los rojos, ni fueron las únicas que se produjeron durante nuestra última guerra civil.

¿Para cuándo un homenaje a las víctimas del bombardeo de Cabra? ¿Para cuándo un homenaje a los mártires de Paracuellos del Jarama? ¿Para cuándo un homenaje a los que sufrieron en la checas de toda España? ¿Para cuándo un homenaje a Andrés Nin, despellejado vivo por orden de los sicarios de Stalin?

Por eso, las críticas de los epígonos del orate de la boina y del partido de los terroristas del hacha y la serpiente, aunque inmerecidas, eran lo menos que podían esperar. Aunque, ya que hablan de pedir perdón, que empiecen los que sacudían el árbol y los que recogían las nueces.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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