A los de izquierdas les molesta bastante que se les recuerde que Benito Mussolini, creador del fascismo, comenzó su actividad política militando en el partido socialista italiano. Les molesta todavía más que se les recuerde que nazi, la ideología de Adolfo Hitler, es la abreviatura de nacionalsocialista.
Y es que las concomitancias entre los de la
hoz y el martillo, los de la cruz gamada y los de la segur en un haz de varas
son innegables. Partido único, elogio de la colectividad frente al individuo,
culto al líder, sometimiento de todo al Estado… y el odio a los judíos.
En la actualidad, este odio a los judíos se
focaliza en los ataques al Estado de Israel y la defensa de todos los que
actúan contra él, se trate de regímenes teocráticos homófobos y machistas o de
grupos terroristas.
Por eso, ¿qué hay que pensar de que la Universidad Complutense -la misma que le dio una cátedra gratis et amore a la pareja del psicópata de la Moncloa- haya invitado a un grupo antisemita (qué manía con lo de antisemita… son tan semitas los judíos como los palestinos, los libaneses, los jordanos, los iraquíes, los saudíes, los yemeníes y hasta, si me apuras, los eritreos) que está ilegalizado en Alemania y calificado como terrorista en Estados Unidos y Canadá.
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