Una de las cosas que más repito es que no existe otro PSOE. El partido de la mano y el capullo siempre ha sido tal y como es ahora: tramposo, liberticida, corrupto.
Sin embargo, los líderes de hace cuarenta
años se habían formado en el sistema educativo del franquismo, y eso se notaba.
Tenían (una cierta) cultura, tenían gracia, tenían algo que podías respetar,
aunque no te gustara.
Los de ahora se han formado en el sistema
educativo excretado por la izquierda. Son zafios, incultos, ramplones. Sólo les
queda la mala baba, pero eso no basta para mantener la atención. Quizá por eso
un eurodiputado maltés se quedara dormido durante el discurso de María Chivite.
Que gobierna en Navarra, conviene no olvidarlo, gracias al apoyo del partido de la banda terrorista de ultraizquierda.
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