Podríamos dividir a los apologetas del partido de la mano y el capullo en dos grupos: los malvados y los ingenuos. O, siendo menos suaves, los listos y los tontos.
Los primeros saben que lo que dicen es falso;
los segundos creen que lo que dicen es cierto. Ambos grupos te dirán lo mismo: que
se trata de un partido lleno de gente honrada, progresista, abnegada y todas
esas pamemas giliprogres que encantan al progretariado.
Y luego estamos los de derechas, los
malpensados que decimos, porque lo sabemos y porque la Historia lo demuestra,
que la formación que creó Paulino Iglesias es una formación corrupta hasta la
médula; si no desde sus orígenes, sí bastante pronto en su desarrollo.
Y es que los hechos son testarudos, y nos
reafirman en nuestra postura… aunque también admito la posible existencia del
sesgo de confirmación. Como el caso de la sustituta del corrupto Santos Cerdán,
sustituto a su vez del corrupto Ábalos. Resulta que esta buena mujer regó a una de las empresas salpicadas por la trama con más de siete millones y medio de euros.
Qué mal ojo tiene el psicópata de la Moncloa, que siempre va a coger una manzana que está podrida. A ver si va a ser porque no hay otra cosa…
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