El mamporrero en el Tribunal Constitucional del psicópata de la Moncloa es un ser tan ayuno de escrúpulos como ahíto de soberbia. No sólo hace lo que le viene en gana a quien manda sobre él, sino que lleva bastante mal que nadie le lleve la contraria.
Los que fueran presidentes del
partido de la mano y el capullo y señoritos del cortijo socialista al Sur de Despeñaperros
fueron condenados por el desvío ilegal de seiscientos ochenta millones de euros
destinados a los parados. Pero Sin Vocales había decidido, por sus impíos
dídimos, que semejante cosa no se podía tolerar, y encomendó a Golpe-Pumpido
que exonerara a los delincuentes. Dicho y hecho, con la complicidad de los
demás magistrados izquierdistas del que debiera ser tribunal de garantías, se
decidió que la Audiencia Provincial de Sevilla tenía que volver a dictar
sentencia sobre la materia.
Pero todavía quedan togados con
principios, y los magistrados hispalenses plantearon la posibilidad de que el
Tribunal de Justicia de la UE decidiera si en el edificio de la calle Domenico Scarlatti se habían extralimitado y habían atentado contra el derecho europeo.
Semejante posibilidad -que la Audiencia Provincial de Sevilla presente una cuestión prejudicial ante el TJUE contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre los ERE- sentó a los prevaricadores como un puntapié en el bajo vientre… prueba de que, al menos a la orillita del Guadalquivir, se están haciendo bien las cosas.
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