Cuando el psicópata de la Moncloa era sólo el psicópata de Ferraz dijo muchas cosas que luego no ha cumplido. Entre ellas, que para ser miembro de su gobierno sería imprescindible alcanzar los más altos estándares de decencia y honestidad.
Una vez alcanzada la poltrona, de
lo dicho nada y si te he visto no me acuerdo. Los niveles de exigencia se
fueron rebajando hasta tales cotas que casi pareciera que fuera necesario ser
un bribón, un truhán, para entrar en el desgobierno socialcomunista que tenemos
la desgracia de padecer.
Por eso, cuando leo que los afectados denuncian que Ribera tardó semanas en apartarse del caso de los impagos de Sánchez a las renovables, lo único que me sorprende es… que se apartara.
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