Copio textualmente de la crónica de Luis Martínez, enviado especial del diario El Mundo al festival de cine de Cannes, a propósito de la película Ágora, de Alejandro Amenábar (ejemplar del Lunes 18 de Mayo de 2.009, página 36):
La película, de alguna forma, se antoja a la vez homenaje y refutación de Espartaco, de Stanley Kubrick. (...) En el caso del director de La naranja mecánica, eso sí, era el cristianismo el que liberaba y ahora es la misma religión la que esclaviza.
No voy a entrar en las razones de la monumental metedura de pata del señor Martínez. Quiero pensar que se trata de simple ignorancia, y no de algún oculto sesgo ideológico. Porque, teniendo en cuenta que Espartaco murió (o, para ser más precisos, fue derrotado, puesto que su cadáver nunca se encontró) en el año 71 antes de Cristo, resulta algo complicado (aunque, para los que creemos en Él, Dios es omnipotente) que el cristianismo pintara algo en la película protagonizada por Kirk Douglas.
Quizá el error venga provocado por el hecho de que los romanos decidieran crucificar a los 6.000 derrotados supervivientes. Sin embargo, la crucifixión era un método de ejecución que los romanos (y otros pueblos) utilizaron ampliamente desde mucho antes del nacimiento de Cristo, y que siguieron utilizando hasta bastante después de Su muerte.
Dicho lo cual...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
¡¡¡VIVA EL REY!!!