La cosa avanza, y ya mueren hasta planetas enteros. Si el primer volumen de esta duología se cerraba con un (relativo) éxito, éste termina con un desastre sin paliativos para los buenos.
Por otra parte, es agradable encontrarse de nuevo con malos honorables, como el almirante Pellaeon, y ver cómo funciona el Remanente Imperial, siquiera someramente.
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