Cosa rara entre los políticos (porque en España los sindicalistas lo son) recientes, no tengo una opinión formada sobre Marcelino Camacho. Quizá sea porque supo aceptar cuándo su momento había terminado y pasó discretamente a la vida privada. Por otra parte, era un comunista convencido. Si asumimos que lo fue de buena fe... ¿dónde deja eso a su inteligencia, tras lo ocurrido en el siglo XX? Descanse en paz.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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