Que un gañán como Pedro Castro llame tontos de los cojones a los votantes del PP, así, en bloque, es algo que es libertad de expresión; pero cuando el alcalde popular de Valladolid hace un comentario de mal gusto sobre Leire Pajín (mujer objetivamente poco atractiva y aparentemente de higiene insuficiente), toda la izmierda se le echa encima y poco menos que le linchan. Acabáramos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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