Ya lo anunció en entrevista televisiva el psicópata de la Moncloa: en su opinión, el fiscal general del Estado dependía del Gobierno, es decir, que era el fiscal particular del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Y así se han comportado los, de momento, dos
titulares del cargo bajo la égida sanchista: la entonces barragana del ex juez
prevaricador, y su sucesor. Por eso, que la fontanera del partido de la
mano y el capullo le dijera a un fiscal que si le ordenamos lo que sea a tu jefe máximo, el fiscal general lo hará es una demostración de la desfachatez,
la falta se escrúpulos, la suficiencia de esta gentuza.
O les echamos, o acaban con España.

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