Me gusta pensar que mi ideario se resume en cuatro puntos: Dios, Patria, Ley y Familia. Y como Carrillo es un sin Dios (como buen comunista), tiene tanto amor a su patria que estaba dispuesto a entregársela a uno de los mayores genocidas del siglo XX, no respeta ninguna ley (ni divina ni humana) y actuó contra su propio padre... quiero decir aquí, antes de que el Altísimo le llame ante Él (Dios sabrá por qué, pero teniendo todas las papeletas para palmarla, ahí sigue...), que le considero un hijo de siete padres (precioso circunloquio para definir a los hijos de puta que me encontré en Centennial, de James A. Michener).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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