Dicen que la cara es el espejo del alma. En pocos casos esto se mostrará con más exactitud que en el caso de los terroristas vascos, sean etarras o batasunos (perdón por la redundancia): en general, producen grima, y suelen ser más feos que pegar a un padre con un calcetín sudado (de su cara de estulticia profunda, mejor no hablamos). En cuanto a ellas... mejor sigo el consejo del padre de Tambor, el amigo de Bambi.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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