Dice Alfonso Ussía, en su columna de hoy, que confiaba en Ma Chacón y en su inteligencia. Craso error. Para empezar, cuando alguien pasa del Ministerio de Vivienda al de Defensa, es que algo no va bien; o uno era demasiado poco, o el otro le viene demasiado grande. Pero es que si, además, colocan de ministra a una roja, catalanista, pacifista, filo-anti-españolista (recordar el Yo también soy "me cago en la puta España", o sea, José Rubianes) y casada con un voceras de Pancartero... ¿qué se podía esperar? Si un (presunto) católico españolista como Jogé Bono quitó aquello de A España, servir hasta morir y modificó las letras de los himnos para eliminar las connotaciones cristianas, ¿qué iba a esperarse, repito, de semejante interfecta?.
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