Pensaba dedicar esta entrada a poner a parir al gremio periodístico en general, y al deportivo en particular, pero antes de hacerlo me he pasado por la RAE, y he echado un vistazo. Resultado: un chasco... a medias.
Me explico.
Siempre se me han llevado los demonios cuando leo (o escucho, para el caso), que la Iglesia Católica ha santificado a tal o cual persona. Yo estaba convencido de que el término correcto es beatificar y, en efecto, este último término tiene ese significado: la primera acepción es Declarar solemnemente santo y poner en el catálogo de ellos a un siervo de Dios, ya beatificado.
Por otro lado, dentro de santificar hay dos acepciones que se aproximan, la primera (Hacer a alguien santo por medio de la gracia) y la cuarta (Reconocer a quien es santo, honrándolo y sirviéndolo como a tal).
Ahora bien, leido con calma, yo estaba en lo cierto: cuando la Iglesia proclama santo a alguien, le está canonizando, no santificando. O sea, que de chasco nada.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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