Vaya por delante que nunca me ha gustado la huelga, y menos en aquellos ámbitos en los que el común de los ciudadanos se ve afectado, porque los huelguistas toman como rehenes a los ciudadanos para hacer chantaje a los poderes públicos (y los términos no están tomados a la ligera). Por eso me parece bien que el Gobierno haya tomado el toro por los cuernos (eso sí, cosas veredes... que hayan tomado una medida parecida a la que en su día tomó Ronald Reagan no deja de ser gracioso).
Por otra parte, estaría bien que se demostrara la misma firmeza en otras ocasiones, como en el caso de la huelga del Metro de Madrid o de los berridos de los marroquíes sobre Ceuta y Melilla... y que se dejara de demagogias baratas, como acusar a la oposición de paralizar el país (cree el ladrón que todos son de su condición).
Y una sospecha que espero que no se demuestre acertada, y que mi hermano comparte conmigo: que la declaración del estado de alarma, y los anuncios de la intención de prorrogarla, no sea más que el modo de dar un golpe de estado desde el poder, ahora que la situación del PSOE es tan desesperada. El partido es capaz de eso, y su secretario general también.
Para remate, la estupidez del entrenador del F.C. Barcelona: Cataluña no es un país, Pepito... Y sí, pintáis poco.¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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