Hay tres temas que procuro evitar en una conversación: política, religión y fútbol. En el primero, procuro no entrar; en el segundo, mejor que no me entren; y en cuanto al tercero, uno nunca sabe cuándo se va a cruzar con un aficionado del F.C. Barcelona...
Sin embargo, a veces me despisto, y entro al trapo en una conversación de política. Eso me ha ocurrido hoy. Salió el tema de la inteligencia del Zejas, y yo sostuve que zETAp será muchas cosas, pero no idiota. Entre sus características, mencioné la de ser un hijoputa. En ese punto, uno de los presentes dijo que no pensaba permitir que se insultara al interfeto, a lo que yo repliqué que me estaba limitando a ser descriptivo, para matizar luego que consideraba que el sujeto era un hijoputa. Pero como el adaliZ no estaba dispuesto a renunciar, reculé y dejé el tema.
Sin embargo, luego me dediqué a pensar. Llegué a la conclusión (nada brillante, por otra parte) de que todos los políticos son malas personas (y zETAp, una muy mala persona). Si fueran buenas personas, se dedicarían a otra cosa...
Ahora bien, asumiendo que todos los políticos buscan la gloria personal, hay dos grupos: los que laboran únicamente por ese objetivo, sin importarles las consecuencias; y los que, intencionada o inadvertidamente, laboran en beneficio de su país o, al menos, lo que ellos creen mejor para su país. Entre los primeros colocaría, además de al Zejas, a especímenes como Castro, Hitler, Stalin, Chavez y, en general, cualquier autócrata, especialmente los de izquierdas; entre los segundos estarían, Reagan, Tatcher, quizá Franco, Helmut Kohl o (aunque esté como un montón de cencerros), Gadaffi.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
P.D.: No deja de ser una lástima que, aparentemente, nadie lea mi blog (salvo yo). La inmensa mayoría de las veces, las anotaciones son breves, poco elaboradas y muy pegadas a la actualidad; pero otras veces (como hoy), intento reflexionar más en profundidad sin buscar (conscientemente, al menos) la puya fácil. Y estaría bien saber qué es lo que piensan los lectores de este blog... si es que hay alguno, como digo.