Dice Willy Toledo que ha tenido miedo de ser agredido, dado el revuelo que han provocado sus palabras. Aunque en democracia todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones, por más estúpidas o miserables que éstas sean, es bien cierto que a cierta gente entran ganas de cerrarles la boca de un soplamocos, a ver si se callan. Pero sólo eso, ganas; al menos, entre los demócratas de verdad, que los sextarios ya sabemos cómo las gastan con los que les critican...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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