Como cabía esperar, la izquierda mundial ha acusado al Tea Party en general y a Sarah Palin en particular de ser los instigadores del atentado de Arizona. Según esa línea de (llamémosle así) razonamiento, entre los libros de cabecera de la antigua gobernadora de Alaska se encontraban las obras de Marx.
El partido demócrata estadounidense (de la izmierda europea, a la que cada vez se parece más, mejor no hablamos) parece olvidar que ellos también han empleado mapas con dianas, y que el acoso a que sometieron a G. W. Bush no fue precisamente un trato amable. Me pregunto qué habría ocurrido con aquel mockumentary en el que se asesinaba a Bush si algún demente hubiera, en efecto, atentado contra el Presidente de EE.UU.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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