Ese es el epíteto más suave que se me ocurre (otro menos suave equivaldría a hacerlos hermanos del candidato socialista en las próximas elecciones generales) para todos aquellos que por acción u omisión han apoyado la sedicente conferencia de paz en San Sebastián (lo malo de escribir las entradas con anticipación es que, a menudo, la actualidad las adelanta; sólo así se explica que mi comentario sobre el comunicado de ETA haya sido publicado antes que éste, cuando ha ocurrido después). Si será una patochada que coincido en mis opiniones con gente con la que, en materia de opinión, suelo discrepar…
Porque, vamos a ver:
- ¿quiénes han acudido a mediar en el así llamado conflicto? Un ladrón, un jeta inveterado y otro par de comparsas. Todos cobrando, naturalmente.
- ¿quiénes apoyan la mamarrachada? El peor presidente de Estados Unidos de los últimos cien años, uno que (según dice el progretariado) estuvo a favor de la guerra de Irak, y alguien a quien no tenía el disgusto de conocer.
- ¿quiénes están en contra? Las víctimas -curioso conflicto, en el que sólo uno de los bandos tiene bajas- y el mejor ministro del Interior que ha tenido España en las últimas décadas.
- ¿cuál ha sido la reacción de los terroristas? Decir que pueden ser ganadores, cuando lo único que se merecen es un proceso como el de Nuremberg, por lo menos; decir que pueden aspirar a todo...
Luego, el PSOE muestra decepción y malestar por los resultados del asunto. Lo único bueno que va a salir de aquí es que los sociolistos tienen otra razón para destrozarse entre ellos (como si las necesitaran).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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