Ya ocurrió durante el final del franquismo y la Transición: los partidos de izquierda (no digamos los secesionistas, porque llamarles nacionalistas es rebajar la intensidad de su odio a España) disculpaban los asesinatos de los chicos de la ETA porque, al fin y al cabo, estaban todos contra Franco. Confiando, además, en que, una vez fallecido el General y alcanzado el objetivo, los chicos pararían y les dejarían a ellos, las verdaderas élites, ejercer el poder. Les salió mal, claro. ETA siguió matando, sea cuales fueran las comprensiones, concesiones y compensaciones que se les hicieran. Sólo cuando se aplicó contra ellos todo el peso de la Ley estuvieron verdaderamente al borde de la asfixia.
Lo mismo ocurrirá con el PNV, parece. Es imposible olvidar la frase de Javier Arzalluz, el famoso comparador de tafanarios, de que unos sacuden el árbol y otros recogemos las nueces. Nunca me ha importado una higa lo que piense semejante personaje... hasta ahora. Porque, la verdad, me gustaría saber qué piensa el exjesuita de que ETA quiera que Bildu (es decir, ellos) sustituya al PNV como fuerza hegemónica en las Vascongadas. Si no fuera porque el resultado nos afectaría a todos los españoles, casi habría que dejar que ocurriera...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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