miércoles, 29 de junio de 2011

Cría cuervos... y tendrás muchos

La izmierda pensó que podría aprovecharse del movimiento de los perroflautas. Lo malo de las revoluciones (seamos generosos y llamemos a eso revolución, cuando no pasa de ser una ocupación ilegal de la vía pública) es que se sabe cuándo y cómo empiezan, pero no cómo y cuándo acaban. Para muestra, varios botones:
  • el ideario de los indignantes parecía calcado del programa electoral del Partido Comunista de España. Cuando Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Hundida, se pasó por el lugar en el que legítima y legalmente se iba a ejecutar un desahucio al que ilegítima e ilegalmente se oponían los perroflautas (es de suponer que el comunista iría allí a lo que vulgarmente se denomina chupar cámara), fue zarandeado por los vociferantes.
  • los miembros de la cámara legislativa de la comunidad autónoma de Cataluña tuvieron que entrar al recinto parlamentario, no ya escoltados por la polícía, sino directamente en vehículos policiales o en helicóptero.
  • En el colmo de la villanía y la cobardía, esos delincuentes intentaron privar de su perro guía a un parlamentario ciego.
  • Tan mal van las cosas que tanto Bono como Mas propugnan el uso de la fuerza contra esa panda de delincuentes.
De hecho, la única consecuencia agradable (para mí) es que impidieron que los aficionados del Farça celebrasen su cuarta copa de Europa.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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