Parece que en la serie de Wilt, de Tom Sharpe, los libros que tienen numeración par son los más flojos, mientras que los de numeración impar elevan el listón. Al menos, eso recuerdo del tercero (muy divertido) y del cuarto (bastante malo); el primero y el segundo los tengo más olvidados.
Esta quinta parte recupera, por momentos, los mejores niveles de la serie. Sin llegar a los niveles de hilaridad de El infame Blott o El bastardo recalcitrante (dos libros con los que me he llegado a reir a carcajada limpia en público), hay algunas escenas que provocan algo más sonoro que una simple sonrisa. Arremetiendo contra todo y contra todos, Sharpe consigue algunas de sus mejores escenas. Lástima que el final me parezca un tanto precipitado, y que el último párrafo deje abierta la posibilidad de una sexta (y eventuales ulteriores) parte de la saga…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario