Perdón por el chiste fácil y de humor grueso, al tiempo que ligeramente irreverente, pero es que Su Eminencia me lo ha puesto muy fácil. A mí tampoco me parecen lógicos algunos límites de velocidad en carreteras preparadas para velocidades superiores; pero la Ley es la ley, y la acato mientras no vaya contra mis valores más profundos. Sin embargo, no me sorprende esta actitud de desobediencia del purpurado, toda vez que ha incumplido el reiterado mandato explícito y expreso de devolver a Aragón las obras de arte que pertenecen a las diócesis de Aragón y que están en poder de su diócesis.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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