El presidente eleto, como casi siempre, ha otado por la peor decisión. Como portavoz ha elegido a un perfeto ineto, poco ténico, de aspeto siniestro, jerga inesata y comportamiento incorreto. Tiene claros los concetos, pero cuando consigue llevarlos a efeto, el resultado al respeto es nefato. Por otra parte, es un presunto corruto.
En cuanto al Gobierno en general, resulta proveto… estoooo, quiero decir, que la renovación que se suponía implicaba zETAp se ha traducido en que en el Gobierno y en el partido ha vuelto la vieja guardia felipista. ¿El candidato? Un ministro de los de Felipe González. ¿Su consejo asesor? Gente de la misma quinta, empezando por el propio Isidoro. ¿Los últimos ministros nombrados? Además de inútiles como Pajín, jóvenes promesas como Jáuregui o Chaves… ¿Y el portavoz? Alguien a quien no es fácil entender, como en los tiempos de la inefable Rosa Conde...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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