Siempre pensé que nadie medianamente inteligente y en su sano juicio, ni por todo el oro del mundo mundial y parte del extranjero, nombraría a Bibiana Aído para puesto alguno que entrañara la más mínima responsabilidad. Sin embargo, ha salido la noticia de que la sujeta ha sido nombrada asesora de la directora ejecutiva de UN Women. Por lo tanto, caben las siguientes posibilidades:
- Quien la ha contratado es tonto de capirote. Posible, aunque poco probable. Los mandamucho de la ONU y sus agencias serán muchas cosas, pero tontos seguro que no (ver posibilidad 3, más adelante).
- Quien la ha contratado está loco de remate. Algo más probable, pero tampoco demasiado (ver posibilidad 3, justo después de esta): una vez se llega a esos puestos, puede que se hagan cosas reprobables, inmorales incluso, pero no que sean objetivamente estupideces, y mucho menos locuras.
- Que hayan pagado una purrela de pasta. Esto no es sólo probable, sino que es cierto: cien millones de euros, nada menos. Claro, como nos sobra el dinero...
- El puesto no vale ni el cartón de las tarjetas de visita. Veamos: asesora de la directora ejecutiva. O sea, un puesto del tipo me dices lo que quiero oir, y si no me gusta lo que dices no te hago caso y santas pascuas.
De todos modos, si yo fuera esa directora ejecutiva, tendría cuidado, porque es más que probable que la nueva miembra del organigrama, poseída por su celo feminista, defienda que la organización sea llamada UNA Women, que lo de UN resulta machista y arcaico...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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