La segunda novela de la trilogía de Gemmell sobre la guerra de Troya sigue la línea del primer volumen. La historia es la conocida por todos, aunque con algunas ligeras alteraciones que hacen que no se pueda dar nada por supuesto. Tiene su gracia que Aquiles sea moreno y Héctor rubio, cuando siempre me los he imaginado al revés. Por lo demás, Gemmell vuelve a centrar la historia en unos personajes periféricos, por así llamarlos, que se ven lanzados en medio de la vorágine que culminará en la tercera y última parte... que a saber cuándo será publicada en España.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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