Preveía yo que la reforma express de la Constitución no iba a servir ni como papel higiénico. Es decir, que dijera lo que dijera la letra, los Gobiernos (más los de izquierdas que los de derechas, pero éstos también, y no hay más que ver a Albertón Ruiz-Gallardín) se la pasarían por el arco del triunfo e infringirían el espíritu. Pero la realidad siempre supera a la ficción, por filosóficamente cínica que esta sea, y a las pruebas me remito: la tan cacareada reforma no contendrá cifras, y éstas se fijarán en una Ley Orgánica. Vamos, que el golpe de Estado vaticinado por los ciberperroflautas se ha quedado en un simple cachetito.
Y que el PP se preste a esta componenda no me gusta nada de nada. Porque la alternativa es peor, que si no les iba a votar Rita la Cantaora …
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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