viernes, 5 de agosto de 2011

¿Indignidad?

A tenor de la ralea que nos malgobierna, parece que antes de ellos existían todos los males, y que es su sagrada misión el librarnos de ella. Uno de los últimos ejemplos es la sedicente ley de muerte digna. Por lo visto, hasta ahora los que morían de enfermedades graves o dolorosas lo hacían indignamente. Pues hablo por casos cercanos a mí, pero parientes muy próximos han muerto muy dignamente sin necesidad de ese engendro legislativo de la señorita Masturbito. Ya me gustaría a mí, cuando me llegue la hora, ser atendido siquiera una centésima parte de lo correctamente que lo fueron mis parientes.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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