No, tranquilos, no voy aquí a referirme a la película de Almodóvar, sino al espectáculo dado por un grupito de personajes en el acto de apertura de la Décima Legislatura por Su Majestad el Rey (comitiva –la real, claro- con la que nos cruzamos mi padre y yo cuando iban –ellos, claro- de camino al Congreso de los Diputados), al no aplaudir al comienzo y al final del acto.
De un gañán como Cayo Lara no me sorprende en absoluto. Si (como mucha de la izmierda más recalcitrante) es incapaz de ponerse corbata cuando la solemnidad del acto lo requiere (supongo que porque quizá tema que alguien con su mismo nivel de exaltación llegue y se la apriete un poco más de lo debido), mucho menos de aplaudir. En cuanto a que estuvo a punto de responder al Viva el Rey con un Viva la república, mejor estuvo calladito (lo de más guapo…bueno, de donde no hay no se puede sacar), no fuera a ser que alguien le respondiera y viva también tu puta madre (con todos mis respetos para la autora de sus días).
De un par de nacionalistas coqueteadores con el terrorismo (todos los nacionalistas vascos lo hacen, y esto no creo que sea una generalización gratuita) como Ercoreca y Barcos tampoco me sorprende nada (bueno, que mostraran educación sí que me sorprendería; no me sorprende nada reprobable, quiero decir).
Pero pensaba que Rosa Díez tenía algo más de educación. Por lo visto, a la antigua consejera en el consejo de gobierno PNV-PSOE se le han subido los resultados electorales a lo alto del flequillo… o eso, o resulta que a lo mejor su postura en el ejercicio de la política es sólo eso, una pose…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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