Después de siete años largos de que el PSOE no hiciera nada más que darnos motivos para lamentarnos, por fin empiezan a llegar motivos de alegría desde el partido cuya sede está en la calle Ferraz de Madrid.
Evidentemente, lo que son buenas noticias para el común de los españoles (o para los españoles con sentido común, al menos desde mi particular y quizá sectario punto de vista) no lo son para los sociatas. Y ello es así porque, perdido el poder, el aparente monolito que era el Partido Socialista comienza a resquebrajarse. Ha desaparecido el poder, la argamasa que les mantenía unidos (y, si Dios quiere, en primavera las cosas todavía serán peor para ellos), y el odio y la falta de escrúpulos que empleaban contra los demás se vierten ahora contra ellos mismos. Todos quieren demostrar que son más socialistas que nadie, y al mismo tiempo que no tienen nada que ver en la derrota electoral. Ma Chacón y sus mesnadas sacan un manifiesto, y los partidarios del hijo de P señalan que la ex oso panda estuvo en los gobiernos de zETAp; aunque, eso sí, empleando un vocabulario de todo menos distinguido.
A esto contestan los ¿chaconistas? ¿chaconianos? ¿chaconeros? diciendo, con toda la razón del mundo, que no están dispuestos a recibir lecciones de Ru-GAL-cabra. Y su lideresa (lídera, diría alguna feminazi) pide que no se hagan descalificaciones personales…
Y mientras, los exministros otorgan sus apoyos al (todavía no) candidato de su preferencia. A propósito de lo cual, muy mal tienen que estar las cosas en el PSOE cuando la personalidad cuyo apoyo todos persiguen es… Leire Pajín. Cosas veredes…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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