Parece que el hijo de P tiene asumido que va a ser un secretario general de transición, como alguien que pilote la nave socialista durante la travesía del desierto. Lo que ocurre es que los rumores que apuntan a su posible sucesor no hacen sino contribuir a desmontar el mito de la presunta inteligencia política del Rasputín cántabro. Porque, la verdad, elegir a Pachi Nadie como futuro candidato a unas generales se me antoja, visto desde fuera de la órbita socialista, como un auténtico dislate. Presenta el hándicap de todos los políticos que han crecido a la sombra del zapaterismo: se le conoce bien, a él y a sus flaquezas, su vaciedad intelectual y ética y sus devaneos con los terroristas. No es que haya mucho mejor donde elegir, al menos dentro de lo conocido. Y lo desconocido presenta el peligro de que no sabemos de qué son capaces…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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