Ya es malo que la educación en Cataluña se haya de dar, obligatoriamente, en catalán, en lugar de en español. Pero es que ahora, felizmente desaparecida la asignatura de educación para la ciudadanía, la consejera de educación se descuelga con que En Cataluña, hablar de la Constitución no ha de ser igual que en otras zonas. Y luego suelta perlas como que en Educación Cívica Constitucional la Generalidad puede introducir cuestiones como cuál es la capacidad de las competencias del Tribunal Constitucional. Es decir, da lo mismo que la Constitución y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional establezcan que es el supremo intérprete de la Constitución: eso no rige para Arturito Menos y sus mesnadas…
Y luego dicen que eso no es adoctrinamiento... si sólo le falta llamar a la asignatura Formación del Espíritu Nacional... catalán, claro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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