Una cosa de la que no se libra la derecha española es la de los complejos frente al mundo de la sedicente (y con frecuencia sediciosa) cultura. Sólo así se explica que el recién nombrado ministro de Cultura –una persona por lo demás bastante culta, probablemente más que todos los que le escuchaban juntos- haya dicho, delante de la gente del cine, que es uno de los suyos. Eso le descalifica absolutamente para el cargo, porque no hay más que ver lo que ha hecho su antecesora en el puesto, una integrante de ese mundo, la ministra Sindescargas.
Luego, como son así, los artistas de lo agradecieron echándole en cara el hecho de que se esté juzgando a Garzón… pero Wert no escarmentó, porque una semana después anunció que no se eliminarán las ayudas públicas al cine. Pues con mis impuestos no, si me hacen el favor…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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