miércoles, 22 de febrero de 2012

Cuestión de estilo

No me esperaba, la verdad, que el Real Madrid ganara la Copa de Su Majestad el Rey de baloncesto, y menos todavía al Barcelona y en casa de este último. La sección merengue de baloncesto tiene, ante la culé, parecido complejo de inferioridad. O tenía, porque no fue que ganara el partido: es que pasó por encima al Barcelona como si fuera una apisonadora.
Mi odio visceral al Barcelona proviene, precisamente, de un partido de baloncesto jugado contra el Real Madrid en Barcelona. De repente, la afición culé se puso a corear Sabonis, hijo de puta. Si lo hubieran gritado contra otro jugador (Drazen Petrovic, por ejemplo) hasta habría podido entenderlo. Pero para mí Sabonis siempre fue la educación y la humildad personificadas, teniendo tanto de que vanagloriarse (claro, que lo mismo pensaba yo de Larry Bird, y hace poco me he enterado –con todas las reservas que supone Wikipedia- que era tan marullero y trapacero como el que más… fíate y no corras).
Y cuando terminó la final de Copa, los jugadores del Madrid, ya en el vestuario, además de corear el manido Campeones, campeones, oé oé oé, entonaron… el Que viva España. Algo que jamás harían los culés, y eso que la sección de baloncesto es bastante más razonable que la de fútbol.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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