A
pesar de las proclamas de la clase política en general, los sindicatos, la
mayoría de los medios de información, los perroflautas, el mundo de la cultura
y demás tontos útiles del terrorismo, algunos nunca nos creímos su proclama del
fin de la violencia. Y, como en tantas otras cosas, el tiempo nos da la razón…
varias veces. La última de ellas, hace unos días, cuando ETA ha proclamado que
mantiene sus exigencias para sus miembros en prisión. Es decir, y en resumidas
cuentas: dejan de matar, pero no se apean de sus posiciones. Ya sabemos qué
pasará, desgraciadamente, si no consiguen lo que quieren…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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