jueves, 28 de noviembre de 2024

Chsssst

Un secreto sólo puede seguir siendo eso, secreto, si únicamente lo conoce una persona. Cuando hay más de uno que están en el ajo, las probabilidades de que todo llegue a saberse aumentan exponencialmente.

No digamos ya si los implicados son limitados intelectualmente, soberbios o las dos cosas a la vez: porque un soberbio inteligente tendrá el pesquis suficiente para darse cuenta de cuándo se está pasando de la raya, y un estúpido humilde no tendrá grandes aspiraciones.

El psicópata de la Moncloa, su pareja y, en general, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer son zotes de manual -tener habilidad para la infamia, la insidia y el engaño no denotan inteligencia, sino mala baba-, por lo que era cuestión de tiempo que sus trapacerías fueran conocidas y tuvieran repercusiones.

Y es que ha llegado un punto en el que el miedo a la Justicia es mayor que el miedo que puedan tener al partido de la mano y el capullo, o incluso que la ambición. Y después de que el decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM denunciara presiones, por parte del Rectorado, en la comisión de investigación que trata de aclarar en la Asamblea de Madrid si hubo trato de favor de la Universidad con Begoña Gómez (¿es redonda la Tierra?), ahora ha sido un vicerrector el que ha presentado su dimisión por motivos personales.

La duda es si lo que es personal será el miedo… o la vergüenza.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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