Hasta donde sé, constituyen el trío de pintores españoles con más fama del segundo tercio del siglo XX. Voy a decir aquí lo que pienso de cada cual, aunque ya advierto que el orden no es casual, pues la admiración que me producen es decreciente.
No sé si
Salvador Dalí era el que más talento tenía de los tres. Lo que sí sé es que es el que tiene la producción pictórica que más me gusta. ¿Por qué? Por algo puramente subjetivo, a saber: no sé si el término lo aplico adecuadamente, pero soy partidario de la
línea clara. Para entendernos: me gusta tanto más una pintura cuanto más se asemeje a la realidad que refleja. Lo cual no quiere decir que no me guste, por ejemplo, la pintura
impresionista. Pero es que el dominio que Dalí (o quien quiera que hiciese sus obras, si es que, como he leído en alguna parte, no todas las obras que firmaba eran realmente suyas) tenía del dibujo era sencillamente magistral. Casi fotográfico… si no fuera porque resulta imposible fotografiar la mayoría de las cosas que aparecen en sus cuadros, dado el grado de surrealismo que alcanzan. Además, estaba encantado de conocerse, y no se cortaba un pelo en proclamarlo, y eso es algo que, si el sujeto en cuestión me cae bien (también sucede con
Pérez-Reverte), aporta un plus, básicamente porque suelo cabrear a los que me caen mal.
Picasso también tenía talento. Y sabía dibujar, porque lo demostró en su producción pre cubista. Pero luego, desde mi punto de vista, tiró por la vía fácil. Sí, ya sé que no cualquiera es capaz de pintar un cuadro cubista… pero no es esa la impresión que dan al primer golpe de vista. Esa primera impresión es
$%&, si hasta mi sobrina de tres años sería capaz de pintar algo mejor que eso… Luego, además, está el agravante de que, desde mi punto de vista, Picasso fuera un jeta. Me explico: no le critico que viviera todo lo bien que pudiera. A cualquiera le gusta vivir bien.
A mí me gusta vivir bien. Pero no veo coherente que alguien se proclame de izquierdas (comunista, nada menos)… y viva como nos gustaría vivir a los de derechas. Claro, que si
Marx fue un mantenido y
Engels un capitalista, qué puede esperarse de sus seguidores…
Lo de
Miró ya es de traca. Si mi sobrina de un año supiera poner los colores dentro de las líneas, hasta ella sería capaz de hacer algo como lo que hacía Miró. Como muestra, aquí dejo una obra pseudomironiana que he pergeñado en el ordenador. He decidido titularla
Elefante rascándose la barriga mientras medita sobre la inmortalidad del cangrejo de río.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!