sábado, 24 de marzo de 2012

Olé

El problema de los grupos autodenominados ateos o laicistas es que no son tales, sino más bien anticristinanos y, más específicamente, anticatólicos. Sólo así se explica que todas sus actuaciones y provocaciones se dirijan, invariablemente, contra los católicos. Las jovenzuelas que se despelotaron en la capilla de la Complutense no tendrían los ovarios necesarios para hacerlo en la Mezquita de la M-30 (y eso que el Islam trata mucho peor a las mujeres de lo que puedan hacerlo los católicos); y los manifestantes durante la Jornada Mundial de la Juventud no tendrían las narices precisas para interrumpir el rezo de los Viernes de los musulmanes.
Por otra parte, esa gentuza comente errores semánticos de bulto. Pretendían hacer una procesión atea en Jueves Santo, cuando ambos términos se dan de bofetadas, como lo hacen los de bautizo o primera comunión laicos. Afortunadamente, en la Delegación del Gobierno en Madrid tienen las cosas claras y han prohibido semejante provocación. Porque eso es de lo que se trata: de provocar a los que no van a responder como los provocadores se merecen. Lo dicho: si les va la marcha, que se vayan a una mezquita con sus proclamas ateas
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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