lunes, 26 de marzo de 2012

Pena, penita, pena…

Era la crónica de una muerte anunciada. Desaparecido su amoral fundador, privados del apoyo del partido al que encumbraron al Gobierno de España en dos ocasiones, y con este partido desalojado del poder en casi toda España, era sólo cuestión de tiempo que un imperio levantado sobre chanchullos, influencias y mentiras comenzara a derrumbarse como un castillo de naipes. Y no lo siento en absoluto, porque, en mi opinión, PRISA y Polanco, Polanco y PRISA, son responsables en una enorme medida de los desastres en España durante el último tercio de siglo, y de la catastrófica situación en que se encuentra el país. Con minúsculas; con mayúsculas es de rebote…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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