Los defensores de la llamada tesis oficial sobre los atentados del 11 de Marzo de 2.011 sostenían que los que pensaban –pensábamos- que no estaba todo dicho y que dicha tesis oficial estaba, por decirlo suavemente, lejos de coincidir con lo que ocurrió en realidad éramos unos conspiranoicos… y vale ya.
Sin embargo, recientemente se ha descubierto que no todos los restos de los trenes fueron destruídos (¿a qué tanta prisa en destruir los trenes, si la tesis oficial coincidiría con la realidad?). Durante estos ocho años, restos de uno de los vagones han estado almacenados en un cobertizo. Al parecer, alguien dio orden de que dichos restos no se destruyeran. Al parecer, la existencia de dichos restos era conocida, al menos por el poder judicial.
En cuanto salió al aire la noticia del descubrimiento del cobertizo, la empresa adjudicataria se apresuró al tapar el cobertizo. Sin embargo, ya era tarde: el Fiscal General del Estado ha ordenado investigar los restos descubiertos. Afortunadamente, el Gobierno ha declarado que no se opondrá a semejante decisión (tal circunstancia, que en cualquier democracia sería una perogrullada, en España es necesario manifestarla explícitamente), y la policía ha prometido total colaboración en dicha investigación.
Mientras, El Pis sigue sosteniendo la tesis oficial y arremetiendo contra los conspiranoicos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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