Arturito Menos sigue erre que erre. Dispuesto a construir una realidad necional como sea, es incapaz de cerrar las carísimas e inútiles sedicentes y sediciosas embajadas de Cataluña por esos mundos de Dios. En cambio, prefiere hacer recaer el coste de sus delirios megalomaníacos sobre los lomos de los sufridos funcionarios, a los que amenaza con recortar hasta un cinco por ciento de sus emolumentos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario