En la edición que tengo, el epitafio de Jean Valjean no es una traducción literal del original en francés, sino una versión libre (tanto más libre cuanto más avanza la estrofa, hasta no tener nada que ver en los dos últimos versos; por otra parte, en español la rima es ABAB, mientras que en francés es AABB). Pero da al final de la novela, en mi opinión, un tono dramático que te pone un nudo en la garganta. Y uno no es de lágrima fácil, que vi La pasión de Cristo de Mel Gibson comiendo palomitas a dos carrillos…
Duerme. La suerte persiguióle ruda;
murió al perder la prenda de su alma.
Larga la expiación, la pena aguda
fue; y así obtuvo la celeste palma.
Vamos, que entre la expiación y la celeste palma, la cosa queda solemne a la par que moralmente edificante. Por el contrario, la versión original en francés (no traduzco, que se entiende prácticamente sola) resulta mucho más prosaica, casi como si dijera unos que vienen y otros que se van, y la vida sigue igual:
Il dort. Quoique le sort fut pour lui bien étrange,
Il vivait. Il mourut quand il n'eut plus son ange.
La chose simplement d'elle-même arriva,
Comme la nuit se fait lorsque le jour s'en va.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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