De unos años a esta parte me ha dado por escuchar con atención los mensajes navideños de Su Majestad el Rey. No es que espere de ellos grandes piezas de retórica, pero siempre resulta interesante atender por si se desliza algo que dignifique la persona del monarca, tan proclive a gestos indignos en los últimos tiempos (hablando se entiende la gente, o Zapatero es un hombre honesto, por poner sólo dos ejemplos).
En cuanto al mensaje de este año, tampoco ha dicho nada que resulte demasiado destacable. Quizá lo que más me llamó la atención fue que, a diferencia de otros años (de todos los demás años, diría yo), no dio el discurso sentado en una butaca, sino apoyado en su mesa de trabajo. Quizá para dar una imagen de recuperación física; o quizá, precisamente, por no encontrarse tan recuperado y serle más cómoda esa postura.
No he visto que ningún comentarista hiciera referencia al retrato que cuelga detrás de la silla de despacho del Rey. Inicialmente pensé que se trataría de Felipe V, pero eso sería dar un mensaje demasiado claro a los separatistas catalanes (además, hay que tener en cuenta que Mas no lo escuchó en directo, según dice, porque tenía que pensar en la composición de su nuevo consejo de gobierno; se ve que Arturito es más bien limitado, si no puede prescindir de apenas diez minutos para escuchar al Jefe del Estado). Por otra parte, mirando en Internet, no he logrado localizar el cuadro de marras, así que, de momento, me quedo sin saber quién es el retratado...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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