Cuando
salió la noticia de que la candidata española a los Oscar iba a ser la versión
muda y en blanco y negro de Blancanieves (y
ambientada en el mundo del toreo, para remate), le vaticiné un éxito semejante
al obtenido por las útimas candidaturas presentadas por la Academia española
del Cine (o como se llame).
No
me equivoqué: en la primera criba, la película española ha quedado fuera. Como
ya dije, no entro en sus méritos artísticos, que seguro que los tiene: pero por
el tema y el estilo, no era, desde luego, el mejor año para presentarla. Y
acerté de pleno.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
¡¡¡FELIZ 2.013!!!
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