jueves, 5 de mayo de 2011

El Papa

En este momento de mi vida (no sé si cuando haya vivido otro tanto seguiré pensando lo mismo… suponiendo que siga pensando, que espero que sí), Juan Pablo II es, para mí (como supongo que para muchos de mi generación), no un Papa, sino el Papa. Ha sido la cabeza visible de mi Iglesia durante casi tres cuartas partes de mi vida.
Desde luego, algo debió hacer bien, vista la saña con que le atacaron y criticaron casi todos los que no pensaban como él, y cómo siguen haciéndolo una vez muerto. Pero lo que más gracia me hace (por emplear esa expresión) es que los que más atacan su beatificación son, precisamente, aquellos que se declaran no católicos. Si no son católicos, lo que haga la Iglesia Católica es algo que ni les va ni les viene. Soy católico, español y de derechas, y me da lo mismo a quien proclamen gran muftí de El Cairo, a quién elijan presidente los finlandeses o a quien elija candidato el PSOE. Mientras se trate de decisiones internas, ni me van ni me vienen, y no creo lógico el criticarlas ni, mucho menos, pretender saber cómo deberían llevarse a cabo. Pero eso es lo que hace el progretariado, pretender decirnos a los demás cómo tenemos que vivir nuestra vida, o a quién hemos de considerar como ejemplo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: