Primero, Carrillo reconoce que quizá tuvo algo que ver en la masacre de Paracuellos; ahora, el breve alumno de economía va y reconoce (implícitamente) que España se encontraba hace un año al borde de la quiebra. No, si como dice mi padre, antes se coge a un mentiroso que a un cojo. Basta con dejar hablar a un socialista (y no digamos si es un socialista tontaina, como el que -todavía- nos gobierna) para que se descubra él solito como un mentiroso de marca mayor...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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