Llevo años preguntándome cómo es que, mandando canciones tan malas (por ser suaves) al festival uropeo (que diría Desatinos) de la canción, siempre lográbamos pasar a la final. Por fin me he enterado: a base de pelas, claro. Resulta que los llamados cinco grandes (entre los que está España), que pasan directamente a la final, lo son... por sus aportaciones económicas. Vamos, que en el mejor estilo democrático, compran su participación. Acabáramos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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