Cuando alguien propone que el Tribunal Constitucional no pueda opinar sobre la constitucionalidad o no de una norma por el mero hecho de que haya sido aprobada en referendum (y en un referendum con una participación tan raquítica), o es un ignorante o es un malvado. Pero como estamos hablando del hijo de P., que será muchas cosas, pero gilipoyas no, habrá que concluir que el que hable de reformar el ordenamiento jurídico para que el Tribunal Constitucional no pueda juzgar casos como el del Estatuto inconstitucional de Cataluña denota que lo hace por intereses particulares (aunque el interesado sea tan amplio como todo el Partido Socialista), y no por un verdadero respeto a los intereses generales. Máxime cuando se ha puesto del lado de Arturito y Ma Chacón (y ésta aspiraba a ser candidata a la Presidencia del Gobierno… es poner a la zorra a guardar el gallinero) para desobedecer la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Y luego vienen los servicios jurídicos de la asamblea legislativa de la comunidad autónoma de Cataluña y dicen que el español tiene que ser lengua vehicular... si es que uno encuentra personas con sentido común donde menos se lo espera...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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